sábado, 16 de enero de 2016

PSICOLOGÍA INVERSA

Estos trucos psicológicos, puedes probarlos en cualquier momento, puedes influenciar las personas que te rodean. Dale un vistazo a los siguientes, y pruebalos con tus amigos cuando quieras.

Falso mentiroso.
Hay muchas formas de lograr que las personas crean que mientes muy mal o que mientes mucho. Sí, parece un poco extraño, pero funciona.
Si logras convencer a las personas de que eres un mal mentiroso, casi siempre van a creer en ti. Después de todo, en teoría, eres tan transparente. Pero tú sabes que no es así y entonces podrás decir muchas mentiras y salir totalmente ileso.

Si eres un mentiroso empedernido, al punto de que las personas ya no crean en ti, puedes decir “falsas mentiras” y alterar las decisiones de las personas. Piensa en ello, los demás siempre creerán que estás mintiendo. Imagina que alguien entra en tu habitación sorpresivamente y pregunta que estás haciendo y tu rápidamente respondes: “viendo pornografía”. Aunque sea verdad, van a dudarlo porque saben que eres un mentiroso.

Psicología inversa.
Algunas personas tienen un ego bastante débil y fácilmente pueden ser manipuladas usando psicología – el mayor ejemplo son los niños. Basta con que digas lo contrario a lo que realmente quieres que hagan y harán exactamente eso que le dices. ¿Parece confuso? Vamos al ejemplo.
Deseas que un compañero limpie el baño. Durante un tiempo debes decirle que el baño está asqueroso y después atacar con un “tu ganas, no limpies el baño. Quiero que todos sepan lo cerdo que eres”. Probablemente tu compañero se sentirá culpable y coaccionado a hacer lo contrario de lo que le dices. Si quieres ser más eficaz, en este caso, todavía puedes agregar “nunca vas a limpiar el baño tan bien como lo hago yo”.
Otra forma de usar psicología inversa es pedir a alguien que no haga aquello que quieres que se haga. Por ejemplo: “por nada del mundo te vayas a comer mi papas”. No ofrezcas motivos del porqué, pues el misterio instigará aún más a la persona. 
Recomendación: no suele funcionar si la tarea es desagradable, como “no limpies tu cuarto”.

Ilusión de la elección.
Es un clásico de la publicidad. Es posible hacer que alguien tome determinada decisión ofreciendo a la persona la ilusión de que tiene el poder de elegir. Para ayudar a visualizar el concepto, aquí está un ejemplo bastante usado en la industria alimenticia:
Una cadena de comida rápida ofrece tres tamaños diferentes de papas fritas. La pequeña cuesta $15, y la caja tamaño medio $17.
Si tuvieras esas dos opciones y el criterio principal de la elección fuera el precio, seguramente nos inclinaríamos por la primera opción. Pero, para vender más, existe una tercera opción: papás grandes por $18. Ahora vale más la pena comprar las grandes, ¿no es así? Después de todo apenas y cuesta 1 peso más que las tamaño medio. Aunque, a fin de cuentas, estés gastando más de lo que pretendías.



Gestos contagiosos.
En un grupo de personas, algunas acostumbran a seguir el lenguaje corporal de otras. ¿Lo dudas? Haz alguno de estos ejemplos para probar la teoría y divertirte.
Mira hacia arriba. Si hay alguien que tenga su atención en ti, seguramente terminará mirando hacia arriba.
El bostezo es otro gesto contagioso. Intenta bostezar a propósito mientras conversas con alguien y ve como sucede la magia.
Una forma de saber si la persona con quien conversas está interesada en lo que estás diciendo es cruzar los brazos. Si el gesto es retribuido, seguramente está interesada.
Fuente: http://pijamasurf.com/



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